A veces lo barato sale caro.
Si nos paramos a pensar un poco antes de tomar una decisión en la que invertir nuestro dinero, tendremos en cuenta varios criterios, si sirve para el fin para el que lo compramos, si nos gusta, el tiempo que puede durar, si lo podemos pagar, etc.
No es lo mismo comprarte un helado, el cual lo vas a consumir inmediatamente, que comprarte unos zapatos, los cuales han de perdurar varios años.
Conforme mayor es el dinero que nos vamos a gastar, mayor debe ser el análisis a realizar.
Sin embargo, cuando vamos a poner en nuestras viviendas un sistema de climatización que permita tener una temperatura confortable durante todo el año, unas ventanas que ofrezcan una mayor resistencia al paso de calor de fuera a dentro o de dentro a fuera, o un sistema de agua caliente sanitaria, normalmente el análisis se reduce, parándose en un solo factor, el coste de inversión.
En ese momento, vemos todas las alternativas iguales de buenas, siendo unas más baratas que otras, y no nos preguntamos las razones por las que puede haber disparidad (en ocasiones importantes) en los precios.
Nunca nos paramos a pensar que los sistemas que consumen energía nos supondrán un coste mensual en la energía que consumen (coste de explotación) y normalmente los sistemas más baratos lo son porque utilizan tecnologías más anticuadas, las cuales precisamente por ello consumen más energía.
Este apartado es más importante de lo que en un primer momento pudiéramos pensar, ya que cuando realizamos una inversión en un sistema de climatización, en la sustitución de las ventanas por otras mejores, o en el sistema de agua caliente sanitaria, es para que dure un número de años importante, al menos quince, por lo que tendremos que informarnos no solo del coste de inicial (coste de inversión), sino de la energía que consume (o que permite ahorrarnos) para darnos el servicio, o del mantenimiento necesario, denominando a todo este conjunto de gastos coste de explotación.
Es muy probable, que en la mayoría de los casos que estudiáramos, aquellas inversiones que en principio nos parecieran caras, resultarían a lo largo del tiempo las más baratas.